Inocencia.

Inocencia.. Palabra que definiría sin ningún problema la infancia. Cómo podemos definir nosotros inocente si no es a un niño pequeño ¿no?, pues resulta que no. No sólo los pequeños de la casa llegan a ser inocentes, la inocencia de un pequeño se define como tener un buen corazón y tal vez a ser tan valiente de no tener miedo a lo que de verdad asusta, ya que el inocente se deja guiar por los peligros que de verdad se pueden llegar a sufrir. Pero en cambio se dice que la persona adulta que es inocente se puede conocer como inculto porque no sabe de la vida. Pero.. ¿Sabéis qué? Que si no saber de la vida es ser un inculto y un inocente, todos somos inocentes, ya que NADIE sabe realmente lo que puede llegar a ser la vida. Toma muchos aspectos por lo que no podemos saber cómo llegaremos a actuar en un momento determinado, yo no es que sea adulta ni pequeña estoy en lo que se considera como la adolescencia, pero ahora me pongo a mirar esos recuerdos del pasado impresos en un papel algo desgastado por el paso de los años, y me impresiona ver lo feliz que era y la poca importancia por no decir ninguna que le daba a las cosas, nada me preocupaba pues yo era feliz en mi mundo inocente. No conocía nada sobre la vida, pensaba que todo era porque en ese momento, en esa edad de mi vida, la gente que te veía te podía dar un caramelo sin ningún motivo. Eso es a lo que se le llama inocencia, a lo desconocido, a la felicidad de no saber, de no conocer, de vivir un cuento que parece interminable.. Aunque ese cuento para mí terminó hace bastante tiempo y ahora es cuando empiezo a conocer parte de la vida que antes ni sabía que existía.. 
Inocencia, pura inocencia...